Problemas alimentarios en los niños: Rechazo de alimentos

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problemas alimentariosLa alimentación es una de las funciones vitales básicas y que más cambios sufre durante los primeras años de vida, tanto en el tipo de alimento que se ingiere como en su textura y elaboración. A lo largo de estos años, el niño aprende a comer nuevos alimentos en función de los cambios que regula el pediatra. Durante la adquisición de hábitos de alimentación se pueden producir algunos problemas alimentarios, que pueden llegar a ser graves si no se atienden correctamente.

El rechazo a los alimentos es uno de los problemas de alimentación cotidianos más frecuentes. Este problema suele presentarse en niños de edad para comer toda clase de alimentos y, en estos casos, los niños/as se niegan o rechazan comer algunos alimentos en determinadas circunstancias o lugares.

Es importante tener en cuenta que, en muchos casos, los rechazos se aprenden mediante modelado y/o experiencias negativas. Cuando los niños ya pueden masticar y empezamos a introducir alimentos sólidos, suelen producirse intentos aversivos para los niños (les cuesta tragar el bolo) y también para la familia (lloros, tarda más en comer, episodios de protestas…). Por lo que sin querer podemos llegar a triturar la comida para que coman más, haciendo que se instalen estas conductas de rechazo.

Estrategias para mejorar el rechazo de alimentos

En estos problemas alimentarios, la intervención va dirigida a conseguir que el niño acepte los alimentos que rechaza de forma paulatina. Algunas estrategias que podemos utilizar en estas situaciones son:

  • Rechazo al sabor:

Si el rechazo es al sabor, podemos alternar el alimento rechazado con un alimento que le guste, aumentando de forma gradual la cantidad el alimento rechazado. También podemos dar el alimento favorito solamente si ingiere el rechazado e ir aumentando también de forma gradual el rechazado.

  • Rechazo a comer alimentos sólidos

Si el rechazo es a comer alimento sólido, es recomendable realizar las mismas estrategias que si el rechazo es al sabor, pero se recomienda empezar en la comida que se le pueda dedicar más tiempo. Será importante reforzar cualquier intento por comerlo y si se niega retiraremos nuestra atención. Una vez finalizado el tiempo estipulado para comer se retirará la comida y no le ofreceremos nada más hasta la próxima comida.

  • Rechazo a comer si no se dan determinadas circunstancias 

Si el rechazo se da porque no se dan determinadas circunstancias (televisión, tablet…), tendremos que tener en cuenta sí es capaz de comer solo. Si es capaz de comer por sí solo, utilizaremos la actividad reforzante solamente cuando haya comido una cantidad de comida, empezando siempre en una comida donde la reorganización sea más fácil (por ejemplo, las meriendas) Cualquier intento de comer solo será importante reforzarlo verbalmente y al acabar de comer disfrutará de la actividad (Televisión, tablet). Gradualmente aumentaremos el tiempo entre la finalización de la comida y el disfrute de la actividad reforzadora.

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